No se cuantas rosas te habrán regalado ya pero tengo todavía la esperanza de saber que de todas esas rosas que te dieron ninguna fue de papel. Y te condena mi celoso corazón cuando le contas tu historia, nunca conoció la gloria en cuestiones del amor. Y se que nunca se me va a olvidar tu voz aunque pierda la memoria con acercarse a la victoria se conforma un perdedor. Y te tendré que dejar escapar, se que lo voy a lamentar. Pero te digo amor que hay que saber cuando parar.